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5 diferencias clave entre la salsa inglesa y la salsa de soya que debes conocer

A simple vista, la salsa inglesa y la salsa de soya pueden parecer lo mismo.

5 diferencias clave entre la salsa inglesa y la salsa de soya que debes conocer

A simple vista, la salsa inglesa y la salsa de soya pueden parecer lo mismo: oscuras, líquidas y con un aroma fuerte. Pero que no te engañe su apariencia. Estas dos salsas, populares en cocinas de todo el mundo, son completamente distintas en sabor, origen y uso culinario. Elegir una u otra puede transformar por completo el resultado final de tus platillos. Aquí te explicamos las diferencias clave para que sepas cuándo y cómo usarlas.

1. Origen geográfico y cultural

La salsa inglesa, también conocida como Worcestershire sauce, nació en el Reino Unido. Su invención se remonta al intento británico de recrear una salsa típica de la India. Por su parte, la salsa de soya tiene raíces milenarias en China y sigue siendo un pilar en la cocina asiática tradicional. Este contraste de orígenes ya nos da una pista de los sabores que cada una busca resaltar.

2. Ingredientes

La salsa inglesa es una mezcla compleja que incluye vinagre, melaza, azúcar, sal, anchoas, tamarindo, ajo y cebolla. Su elaboración requiere reposo prolongado para que los sabores se integren y suavicen. En cambio, la salsa de soya es más simple en su composición: soya, trigo, agua y sal, también fermentada, pero con un perfil más directo y salado.

3. Sabor y aroma

Aquí es donde la diferencia se vuelve evidente. La salsa inglesa es intensa, ligeramente ácida y con notas dulces y frutales que provienen del tamarindo y la melaza. Además, las anchoas le dan un fondo umami muy característico. La salsa de soya, en cambio, es más salada y terrosa, con un sabor umami más redondo, pero menos complejo en comparación.

4. Usos en la cocina

Ambas salsas pueden realzar los sabores de diversos platillos, pero su aplicación varía. La salsa de soya no es exclusiva de recetas asiáticas: funciona muy bien en marinados, aderezos y sopas, especialmente para dar profundidad a carnes y vegetales. Eso sí, se recomienda usarla con moderación por su alto contenido de sal. La salsa inglesa, por su parte, es ideal para platillos más robustos como carnes rojas, pollo o cerdo, y también se puede añadir al saltear vegetales para darles un toque agridulce y especiado.

5. Fermentación y tiempo

Ambas salsas requieren fermentación, pero en contextos diferentes. La salsa de soya puede tardar hasta un año en fermentar de forma artesanal en Asia. La salsa inglesa, curiosamente, también nació de un proceso de espera accidental: el primer experimento fue un fracaso, hasta que se dejó reposar en barriles y el tiempo hizo su magia.

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No se trata de decidir cuál salsa es mejor, sino de entender sus diferencias para sacarles el máximo provecho. La salsa inglesa y la salsa de soya tienen personalidades muy distintas, y saber cuándo usar cada una puede marcar la diferencia entre un platillo bueno y uno memorable. Así que la próxima vez que prepares arroz frito, makis o un filete a la parrilla, recuerda: cada salsa tiene su momento perfecto.

Con información de Gourmet de México.

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